sábado, 26 de diciembre de 2009

Destino, sueño...

Se sentó un momento para descansar los pies cansados, entre tanto caos y festejo.
Todos estaban radiantes, amables con ella, saltarines y cantantes; incluso gente del pasado, venían a saludarle: es decir, estaban todos lo suficientemente borrachos como para que ella pudiese deshacerse de ellos poco a poco sin parecer desagradable.

Sonrió ampliamente, y conforme le iban pidiendo un baile, ella se iba excusando y despidiendo.
Sus párpados ya le habían pedido una tregua entre canción y canción.
Sería el humo, el ambiente cargado, la alergia, el resfriado, las divagaciones, el frío... lo que hacía que su mirada enrojeciese y llorase de vez en cuando.

Ya era temprano.

Se despide con besos, abrazos, sonrisas de "ya te llamaré, nos vemos y quedamos".

Sale del local, se despide de la simpática camarera, que entre rasta y rasta, le abre la puerta con amabilidad. Se piropean mutuamente, y "feliz Navidad".

Ella se tambalea al recibir el impacto cruel del frío de la calle, se empieza a poner más y más ropa cada vez.
Busca torpe y ruidosamente las llaves del coche en su bolso.

Se introduce con velocidad y no poca catástrofe en el vehículo, dejando caer adornos y accesorios, con tal de huir de un borracho que ya la venía molestando durante la noche.

Siente el frío, como el sueño, poseer sus manos cuando introduce la llave, hace contacto, y toman el vibrante volante gris.
Como ensimismada en los efectos del alcohol que no tomó, todo parece ralentizado.
Se pega al volante para acercar la vista lo máximo posible a la luna delantera, debido a la mala visión, los picores y el llorar absurdo de sus ojos cansados.

La música a todo volumen.

El pueblo está desierto; las fiestas ya no son lo que eran.

Se piensa, en un cruce a la izquierda, si conducir a casa o acudir a esa cita que tenía prevista. Mira el reloj; toma dirección a casa.

Empieza a cantar la canción de la radio... tararea... olvida qué cantaba... silencio... presta atención renovada a la letra. Habla de amor. ¿Es que todas las canciones hablan de amor?
Recuerda a esa gente con la que ha estado durante la noche.
Amigos, conocidos, amores del pasado.
Cinco minutos para cada uno, al menos esta noche.
Conversaciones llenas de alegría momentánea, de alcohol, de cariño... melancolía.

Carretera. Velocidad: a falta de sexta, quinta.

Agua en el asfalto.

Pensamiento que la hacen sentir culpable, excluida de algún plan divino del que hasta ahora, siempre había sido partícipe.
Hoy sonrió tanto, que realmente parecía una buena amiga; pero se le acabaron a veces las conversaciones, y tuvo que huir, como siempre, de miradas que un día la enamoraron.

Esa noche no hubo negaciones para nadie, todo fueron perdones y "te he echado de menos".

El vehículo se desliza un poco en acuaplaning.

Aferrada al volante con apenas una yema de un dedo... se nota desfallecer.

Mira de reojo al asiento del copiloto. Y ahí está él. Ella lanza un grito ahogado, lo mira fijamente, y él extiende una mano hacia la luna y señala la carretera con el dedo.
Ella desvía la vista hacia la carretera, y al volverse de nuevo a mirar, el asiento se encuentra vacío.

Al mirar la carretera, se encuentra mucho más avanzada de lo que le parecía.

Se concentra en tararear de nuevo, tamborilear con los dedos en la tapicería, el cambio de marchas, reduce velocidad...

Un ciervo cruza la carretera. Una cierva pasta y la mira atentamente, ella no puede frenar. Cuando los faros deslumbran al pobre animal, y el golpe de la muerte es inevitable... parpadea, y todo desaparece.

Ha vuelto a quedarse dormida un instante al volante.

Vuelve a estar mucho más avanzada la carretera de lo que le parecía.

Nunca había conducido con tanto cansancio, malestar y sueño.

Piensa en la melancolía y lo absurdo de un bonito reencuentro... y se vuelve a quedar dormida.

Peligrosamente cansada, dormita, se despierta, se deja vencer para alarmarse desaforada.

Sería absurdo parar el coche un momento ahora, ya estaba demasiado cerca del camino de vuelta a casa.

Un hombre hace autoestop. Ella nunca se para, pero es Navidad, y bajo esas circunstancias, todo riesgo merece la pena.
Ella reduce, para, lo espera.
El hombre tiene esos ojos grises que ella echaba tanto de menos. El pelo rojizo, la sonrisa plena.
-Te voy a llevar a la alfalfa.- comenta el hombre sin quitarle la vista de encima, señalando cariñosamente la carretera con una mano que ella guardaba como oro en su memoria... la había evocado tanto... aún podía describir su suavidad si quisiese.
Promesas que el pasado, no quiso cumplir.

Ella hubiese llorado... Le hubiese dicho cuánto lo quería como si todo el tiempo del mundo se consumiese en ese momento... se hubiera lanzado a sus brazos para no dejarlo ir nunca más.
Se sentía orgullosa de que él estuviese ahí sentado, que ella condujese ya por fín, y se vio bonita para él.
Ella hubiese confesado tantas y tantas cosas... Pero se acercaba un túnel y tenían que pasar por él.
-Dame la mano.- Pidió ella entre sollozos. -Por favor.-
-No.- dijo él. -El túnel no es para ti.-
Ella lo miró con los ojos que él amaba tanto... esos ojos que hacía muchos muchos años, lo enamoraron. Ella clavó palpitante su pupila en esas pupilas grises que tanto le habían inspirado, y quiso hablar y hablar...contarles como un cuento, qué había hecho todos esos años.
Él sonrió con esa sonrisa verde esperanza, que ella añoraba con daño.

Se iban acercando al túnel, y cuanto la oscuridad más y más se iba acercando, él iba creciendo, y su pelo caoba y negro, se volvió todo cano.
Ella lloró y susurró: -Te quiero, te echo de menos, abuelo.-
Entre arrugas y sonrisas de hacía ocho años, él gritó susurrando: -¡Despierta!-
Y ella despertó por tercera vez, justo a tiempo de evitar el porrazo.








24(25)-12-2009


PD: Gracias por leer,y sobre todo,
Feliiices Fiestas,Carlos :)

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Claudia mujer



Claudia estaba mojada cuando despertó.
“He dejado de ser una niña”, repetía monotema en su cabeza, como despertando de algún mal sueño.
“He soñado recuerdos…”.
Y por quemarlos como a fotos sin miedo, se precipitó y cayó de la cama porque sus pies aún estaban desnudos, húmedos y fríos. (Si no fuera por todas aquellas lágrimas que guardaba bajo la cama…).
A rastras y desaforada, huyó de sí misma hacia la ventana. Estaba cerrada y se lanzó claustrofóbica contra el vidrio que ruidoso, escurrió su rostro aterrado.
“¡He dejado de ser una niña! ¡Ya no soy tu muñeca!” golpeó mil veces el cristal, pues el cerrojo no se abría.
Fuera, le respondió con truenos la tormenta.

Claudia golpeó y golpeó con la idea absurda de romper el ventanal… hasta que finalmente, se quedó en el suelo dormida.

Se le iban cayendo los párpados con peso. Se le iban entrelazando una a una sus rizadas pestañas.
Se dejó vencer… y abrió de repente los ojos, para encontrarse de lleno con una mirada a sólo un palmo de su nariz. Lanzó un grito ahogado por la angustia de saber, que se había quedado dormida. ¿O no?
-Sigue al conejo blanco.- Dijo la voz chillona y repelente de ese ser de ojos claros y saltones.
Claudia negó con la cabeza llena de pavor.
-¡Sigue al conejo blanco!-
Ella, una vez más, negó. Se fue alejando de ese extraño y diminuto hombrecito enchaquetado de piel marrón y rasgos indios. Su espalda chocó con una pared azul.
Claudia estaba avergonzada. Y no entendía porqué.
-¡Sigue al conejo blanco! ¡Síguelo!- gritaba el hombre.
Ella sólo podía negar con la cabeza de forma absurda e incontrolada, de modo que el saltarín índigo se enfadó y corrió hacia ella. Sacó ovillos de hilo blanco de sus bolsillos, y Claudia sin querer, se dejó maniatar.
-¡Sigue al conejo blanco, maldita Claudia! ¡Síguelo!-
Entonces Claudia volvió, otra vez, a ser la muñeca de alguien: de repente estaba atada y atornillada por todas partes, y un invisible (pero seguramente gigante) titiritero, la manejaba.
Claudia empezó a llorar al compás con el que su cuerpo bailaba un vals que nadie sabía de dónde venía, y el hombrecillo de cartón, se fue autodestruyendo, cuando encendió su pequeño cigarro.

Claudia bailó y bailó noches en vela. Días festivos. Lunas llenas.

Claudia sólo podía pensar, que qué hubiese pasado si hubiese podido abrir la ventana… quizás hubiese escapado. O peor, hubiese saltado.

El conejo blanco brincó. Y Claudia sacudió su cabeza inundada de llanto como si despertara.
El conejo blanco la miró, y sus ojos azules parecieron haber encontrado algo.
Claudia deseó ser hermosa para ese conejo inmaculado.
Claudia se sintió desnuda y manchada de barro, y empezó a renegar de sus hilos.
El conejo esperó. Y esperó atónito con la mirada fija: los ojos de Claudia le habían llamado.
Claudia gritó sin voz. Se movió sin fuerzas. Lloró sin llanto.
El conejo, esperó.

Claudia dejó de luchar al cabo de cinco largos años.
Y el conejo, esperó.

Claudia se rindió y su cuerpo, que ya no era su cuerpo, si no una extensión anatómica de carne y hueso, siguió bailando.

El conejo movió una oreja, luego el rabo.

Claudia supo que se iría, y bajó pesadamente los párpados.

Cuando Claudia se había rendido, el conejo dejó de ser blanco.

-Ya no soy una niña. No quiero ser la muñeca de nadie. No quiero ser Claudia en esta ventana, atrapada con siete años, con trece, con todos los años y con ninguno. No quiero ser Claudia. Que nadie mire, voy a vestirme. Voy a taparme. Voy a fingir que me he dormido, que estoy soñando y que voy a despertarme…-



Y el conejo negro, sangró y sangró.



Claudia estaba mojada cuando despertó.
“He dejado de ser una niña”, repetía monotema en su cabeza, como despertando de algún mal sueño.
“Hoy he soñado recuerdos…”.


22-12-09

sábado, 19 de diciembre de 2009

Tiempo, no digo olvido...DIJE tiempo...






Hoy me pasé por mi fotolog, abandonado desde que Marruecos me hizo suya. Y he salvado algunas reflexiones y olvidos...


8-12-2008


*Ella estaba pensativa... mirando un punto invisible de la habitación. Las voces de sus compañeros de trabajo cargaban la atmósfera de cansada concordia. Ella dejó caer pesadamente son sonrisa apenas sin darse cuenta. Ni si quiera recuerda cuándo dejó de prestar atención...cuándo dejó de oir, de sonreir, o incluso cuándo dejó de pensar.


Pero insulsa y confusa, aturdida por el peso singular de todas sus tristes divagaciones, su cabeza cayó levemente de su mano, sin saber porqué ni cómo, se torció con rapidez hacia un punto determinado de toda la habitación: como si hubiese sido llamada por el poder de su mirada, Claudia se encontró de golpe con esos ojos negros que la escudriñaban fieramente, atentamente, apesadumbradamente... Esos ojos que tenían claramente una frase fija en cada pestaña: "¿qué te pasa?" parecían inundados por la pena al mirarla de esa forma tan romántica y abosrbente. Él pareció turbado cuando Claudia descubrió sus ojos de entre tantos otros ojos de la habitación. Pareció avergonzado de mirarla, parpadeó con un fugaz movimiento que decía "¡despierta!", pero sus ojos volvieron a buscarla arrepentidos. Ella conmovida, torció un poco el gesto con ternura, con una mirada dulce y sonrió de forma agradecida y entrañable, como diciendo "¿cuánto tiempo me llevas mirando?".
Y... aunque había muchas otras cosas hermosas en sus ojos que ella quiso pero no pudo decir,todo se esfumó de repente, como siempre, como debía de ser: como si nunca hubiese ocurrido.*








De "Blur" -The Universal-:




*****Me gusta...La perversión implícita en su mirada... por la horrible película a la que me recuerda, (que por mucho que sea un clásico y una joya de la psicología no me gusta...).




Pero hoy me da igual que esos ojos de rubio me sonrían de ese modo.








Es que ya no tengo nada que perder.Ni qué ganar.




Es muy tarde... ¿No ves las manecillas del reloj?Se van desplazando y arrastrando suavemente...








Debería de irme.




Desconectar...




Cerrar los ojos y dormirme en cualquier otro planeta.




Despertar siempre aquí conmigo.




Debería.




Ni si quiera preciso equipaje, pero es preciso el billete de tren: dice -billete de ida.-




Y no de vuelta.




Nadie me ha pedido que me vaya.




Sólo yo.Todos me han pedido que vuelva.




No puedo volver.
















Reflexión que hoy releí...escrita el 23 de julio 09.










...¿Años?¿Meses?





Años, sí.





Y meses también.





Se han colado por lo que parecía una grieta y han solidificado por completo el muro que construí.





Años. Sí.





¿Cuántos...?





Sí, a ver... yo tenía unos ¿13?





No... o sí. Hace mucho tiempo, dejémoslo ahí.





Años que pasan, y que me ayudan a soplar como velas de cumpleaños...todas esas plumas.





Todas esas plumas de ángel que vas dejando a tu paso. Soplo, y vuelan.



Miro al techo de la habitación y me pregunto....-¿Años? ¿Cuántos?-Y repetiremos siempre las mismas palabras, porque al fin y al cabo, "hola y adiós" nunca nos han hecho falta.
Vuelve,cuando quieras. Cuando pasen los años,cuando hayan pasado,cuando aún queden muchos años más... o cuando yo ya no te comprenda. ¿O es que siempre vamos a comprendernos y perdonarnos?
O tal vez soy yo.O tal vez soy yo quien no dice adiós y deja pasar los años sin decir hola. Sin dejar de soplar las plumas que amanecen en la almohada, en el suelo, en las plantas.
No me importa, porque la libertad, es grande. Mi espíritu es cognoscible sólo para ti, y la distancia imperdonable.
Te dedico un suspiro; por cada vez que no te comprenda: que serán las mismas que te perdone, las mismas que te entienda porque sí. Porque quiero seguir soplando plumas negras...
Y cuando pases de hurtadillas... por la puerta, me haré la dormida, me haré la mayor,y fingiré que no necesito que te detengas.





*Sueños que nunca...* 18-12-2008



Dime, ¿cómo son los ángeles y los muertos? ¿Son...como sueños que nunca hemos dicho en voz alta...? ¿o como esos otros sueños que propagamos y vamos haciendo realidad, arrastrando a nuestro a paso a cualquier infeliz que se deje arrastrar?




¿Son como los sueños que nunca hemos soñado pero que siempre hemos fingido soñar?A veces arrastramos el mundo cuesta abajo.A veces.. es dificil aguantar.




Pero se aguanta.




Sonrío. Niego, sonrío de nuevo.




Y vivo.




Todos los días negros, tienen algún aliciente...








"cuando todo parezca ir mal y quieras abandonar, preguntate a ti misma: ¿Cuándo brilla más una vela?




-En la oscuridad."












De:
*Mujeres soñaron caballos* Dirección: Gerardo Vega. De: Daniel Veronese. Pg 51 [Edición CDN] [Teatro]
RAINER: -Me ama de forma furiosa y la mujer que ama en esas condiciones tan bestiales está atravesada, aunque no quiera, por aspectos sumamente tragicómicos. Por eso piensa esas cosas. Un eterno sentimiento de agradecimiento a la vida la alegra y la enloquece.








Espacio Tiempo infeliz 4 de May, a la 01:05





....¿Cuánto dura la felicidad?
...¿Cúanto tiempo es "un momento feliz"?
...¿Por qué es algo tan intermitente? ¿Tan insostenible? La felicidad digo...
....¿Y por qué es...Tan insoportable no ser feliz?
¿En qué lugar cabe la felicidad?¿Se puede sacar de ahí?¿Dónde la puedo guardar?
¿Dónde puedo encontrarla?
Y si la encuentro... ¿podrá estar ahí durante mucho tiempo?
¿Tan pequeña es mi mano y la felicidad tan grande...?
O...¿Tan pequeña es la felicidad?.....
Deja de recordarme, por favor, que quizás la respuesta sea no preguntarse porqué.
Es complicado... pero... su complejidad lo hace indestructible.


*Qué penita me da haber dejado el fotolog..en verdad estaba bien,demasiado negro......triste. En fin, todo el mundo,como las cebollas, tiene sus etapas y capas :)
un beso a quien lea,sino mejor xD
Fotolog: indiga_mimi89


martes, 8 de diciembre de 2009

Consecuencias Inevitables Tras Tu Risa


“Había un hilo color plata atado a mi tobillo y a todas mis mentiras. Se llamaba silencio, vergüenza.”



Es que tú no entiendes mi deseo.Me hice la dormida cuando sentí la mano madre abrir mi puerta. Me hice hoy también la dormida escuchando un corazón roncar, un corazón que no era mío. Ni para mí.



“Tiró, tiró, tiró del hilo.Y mi pie al borde del Cañón del Colorado dejó caer ruidosas algunas piedras. Se levantó una nube de arena naranja que acabó por teñir mi cara, mi pelo, mi piel.Pero yo seguía vestida de cowboy plantada allí, mirando de reojo el abismo.”



Se despertó la bestia, y vosotros, mi pueblo, no podéis ya hacer nada.Seremos alguna vez todos hijos de lo incorrecto, de lo mal visto. De esa mirada impertérrita que miente y se ríe de todos.





“Tiró el hilo de mi tobillo, y la arena volvió salvajemente a cubrirme la cara como a una salvaje.”



Reniego de mi tierra, de donde enterré a mis muertos. De donde muero y vivo muerta. Reniego porque aceptar sería un cataclismo: no puedo desvelaros mis secretos.Es emocionante amar lo prohibido.




Y huiré, horas eternas al abrazo desconocido de alguien que no veréis. Invisible cantautor escondido en el caracol vibrante de mi oído. Fantasmal atmósfera que acaricia estas estrellas de mi vestido.Porque yo también merezco una sonrisa. Pero vuestro libro sagrado dice que alce la mano roja y me sienta culpable. Que lave mi boca, y calle el rugir de mi vientre.



“Mi pie resbala levemente y mi cuerpo se contonea. Pero permanezco firme y altanera, con la mirada disimulando hacia ninguna parte.”




Pero, como dice la canción: ¿ustedes me han mirado? Pedirle a ese bombón que me quisiera, ¿no les parece que era pedirle demasiado?



Todos podemos conformarnos con el juego violento del falso amor. Con doblar extensa y reclamante siempre la sonrisa: y aguantar la cara de idiota como tatuaje del corazón.Y reír, y reír, y llorar disimulando a ritmo pasional de tango.Aunque sea, bailándolo mal.



“El hilo tira, y tira. Y es inminente ya la desgracia cuando mi figura de mujer postrada, se aferra al resquicio de tierra y mi cuerpo tironeado, resbala.Al menos me sostengo, de momento. Me sostengo.Y mis ojos llenos de polvo escuecen y van derramando: recuerdos, que limpian licuosos mi rostro flamante de indio.”


Todos podemos cuando queramos, con miedo, con excusas, con normas y discursos cenicientos decir adiós, hasta luego, ha sido un placer jugar a enamorarnos. Jugar un rato y volar llenos de fuego.



Porque como dice la canción de Sabina, ¿ustedes me han mirado? Pedirles además que me quisieran, ¿no les parece que era pedirles demasiado?



“Sentí la tensión del peso entero de mi cuerpo al sucumbir, y mis manitas magulladas que se iban quejando.Tengo que caer, ahora de qué sirve pensar que podría haberlo parado a tiempo, antes, ayer.”


-Pídeme que me quede.- Te susurré.
-¿Qué?-

-Pídeme... que me quede.- (Silencio).


-Te quiero.-

-¿Qué? Creo que no has oído lo que he dicho.-

-No, creo que yo tampoco he oído lo que he dicho.-






“Y caí.”














05.11.09 Lady Oscura

domingo, 6 de diciembre de 2009

Caótica siempre Lidia


-Lidia, ¿estás borracha?-
Pregunta lanzada al aire con ese tono agudo de tu voz. Agudo, tan agudo que me obliga a apartar la cara y mirar hacia otro lado, ofreciéndote otra perspectiva angular de mi cara. Pienso, que desde tu posición, debo parecerte un triángulo obtuso mal formulado.

-Tú nunca bebes, nunca has bebido. ¿Lo has hecho hoy?-
-¿Hacer qué?- Atino a vomitar.

Palabras. Desaforadas poesías van torturando mi garganta en recorrido doloroso y ascendente, manchando de pareados y códigos mi falda y tu espalda.
Atinas a escuchar con las vértebras quebradas.

He encontrado un bucle, Raquel, Julia, Belén, esperpéntica mujer de hojalata; he encontrado un ciclo en mi cuerpo, que me hace voltear y voltear una y otra vez la vida y la cara. No es que esté huyendo: es que esto es una enfermedad.
Estoy borracha de cuerpo entero.

Estoy no física ni tóxicamente embriagada, sino borracha de verdad. Emocionalmente borracha. Ninguna sustancia profana mi sistema vascular, pero todas las esencias de todas las sustancias del mundo contaminan mi cerebro. Impulsos electromagnéticos los llaman aquellos que nunca supieron escuchar. Estoy borracha de sentimientos. De emoción. No todos los psicólogos saben comprender esto. Los psiquiatras me quieren estudiar.
No es que esté huyendo. Es que encontré algo llamativo y luminoso lejos de este lugar; pero todavía no sé qué es.
No es que esté corriendo, es que estoy siendo consecuente con mis sueños e irresponsable con mis actos y me estoy dejando llevar.
Es que no quiero verte. Es que me molesta tu cuerpo junto a mi cuerpo cuando no paras de hablar.
¿Ves ese ruido que flota nublado delante de nuestras caras? Se llama conversación. Y me está aburriendo, y me está torturando demasiado.
No, deja, no quiero comer. Mi cuerpo está demasiado acostumbrado a ser autoritario conmigo; pretendo que no me vuelva a obligar. Y que no me torturen sus quebrantos. Pide demasiado.
Yo quise ser tu Lidia, su Lidia, mi Lidia. Y no había Lidias para todos. Y me tuve que aguantar.
Por eso ahora ya no lloro, por eso mi mirada es condescendiente y patética llena de amor y odio.
Es que sé que tú también has sido como un pez pegado a un cristal que no sabe que existe. Yo volqué mi pecera y creí que era la euforia del suelo o el océano lo que no me dejaba respirar. Pero no lo tenía muy claro.
Tuvo que venir el gato que me dejó vivir un instante en su saliva: y creí que era adictiva y peligrosamente vital porque era suya; y no fui consciente de que realmente, tan sólo era saliva: una saliva cualquiera, cualquiera era lo que me hacía realmente falta. No era el gato, ni el océano ni la felicidad: era mi cuerpo de pez con branquias que querían líquido y aguamarina para respirar.
Podría no haber volcado el acuario…
Pero llegó un punto en el que la irresponsabilidad, los días largos, el “yo quiero tiempo para mí”, el libertinaje y la guerra, me hicieron cambiar.
Ahora he cambiado. Y no soy una persona: soy alguien que no sabe quién es ahora, pero se conforma con haber sido algo. Con saber lo que ya no es. Con poder alardear de que es libre y no saber explicar qué es la libertad.
Porque me agobio, minuto a minuto entre el silencio y el hastío natural de odiarme y sentir que no amaré lo odiado. El pasado, me aferra, me persigue, me desnuda, me lasciva, me violentea, me pisa, me destruye. Cada día yo lloraba por lo desagradable que resulta de vez en cuando ser víctima cruel de este proceso diario. Pero todos los vasos medio vacíos acaban alguna vez por vaciarse; cuando un cuerpo ya no puede llorar más pasa a ser una momia hermosa con ojeras y olor a esencia de trementina. Pasamos todos a otro bando. A decir no quiero verte y dejar simplemente de mirar; a extender las manos ante el miedo de tocar un cuerpo a oscuras y vencidos aún así por la curiosidad.
Rendidos ante el estrés enfermizo y la enfermedad del no tengo tiempo.
Que no puedo pensar. Que no quiero tener tiempo para pensar y lleno mi agenda de palabras que significan citas y huracanes programados.
Que no tengo tiempo para luchar contra mi pasado, con mi presente, para mi futuro que es ya y ahora también ha dejado de ser.
Pretendía comerme los jeroglíficos y escupir un nuevo diccionario.
Que odio las princesas y los relojes de pulsera.
Que tengo las orejas pequeñas y el corazón en volumen alto.
Que no me dejo gritar, que no me dejas girar, que no nos dejan mirarnos, que no nos dejamos de besar.

Y pasan tantas cosas que pensé que huir detendría el tiempo en vez de malgastarlo.
Que tu deseo, hacia mi persona, es mi deseo de huir hacia otro lado.
Que una caricia en lo alto de una montaña no se ve desde el pueblo más cercano. Que una lengua vírica y bífida no enredan poemas, sino que los toma de mis labios.
Que tengo el corazón rebelde y el bocadillo mordido a mi lado.
Que al final, he cedido, y he almorzado, para que mi cuerpo me dejase pensar y seguir vomitando.
Que no eres, he comprendido y he terminado por aceptarlo: ni mujer ni hombre, ni fantasma ni mano en mi pezón para calentarlo. Que no eres nada en este mismo momento de soledad, de Lidias para todos y para vosotros, y de Lidias que quieren mataros.
Que no hay nada verde en mis ojos rojos. Ni nada azul a tu lado. Ni nada mojado en mi pantalón, ni lazos, ni cadenas, ni abrazos.
Que lo malo, si malo, dos veces bueno por aquello que no has dejado que fuera cuando pudo haber sido, como por ejemplo: un beso. Dos veces beso. Siete veces siete labios besados.
Las matemáticas y las cifras me están lacerando. Porque el amor es entonces un error en la ecuación: es un problema modulado. La realidad puede ser una fórmula y la verdad es, ni mala ni buena, es y en eso estamos todos de acuerdo y filosofeando.
Palabras.
No valen nada. Ni los hechos tampoco.
Es el tiempo lo que no tengo, para ser Lidia en todos lados.

Y me pesa el cuerpo, las manos, los párpados, me pesa el sueño, el amor, los secretos, el miedo, las sonrisas, los besos, el peso, mis huesos, tus músculos, mi sangre, tus venas, mis labios, me pesan, tus canciones, mis oídos, mi maldad, el temblor del suelo y el peligro de caer hacia uno u otro lado.

Estoy ebria. Sobria. Cansada, maltratada, feliz, con altibajos. Vomitando. Sola, vomitando.

Fdo: Lidia sin nombre.


19.11.09 Lady Oscura

sábado, 3 de octubre de 2009

Nacho en la ventana.

Nacho en la ventana.

Nacho había estado toda la noche haciendo el amor, pero no conmigo.

Su figura semidesnuda se dibujó un instante tras los cristales empañados y la lluvia. Se sentó en el alféizar y miró a la plaza, abajo.


Me sentí insignificante transeúnte cuando su frente se pegó al vidrio mojado, marcándole un surco redondo en la frente.

Lo miré impasible, sostuve fría la mirada.
Sin rencor, sin curiosidad, sólo una mirada cualquiera. Él alzó la mano y ésta quedó suspendida un tiempo en el aire en gesto ambiguo de saludo; hice un mohín levantando el mentón como respuesta. Deshice el contacto visual, fui con paso decidido hacia su puerta.

Empujé la vieja madera verde corriendo el cerrojo abierto, y subí la angosta escalerilla de barro hacia su cuarto, sujetándome por las estrechas paredes del pasillo.

Lo encontré en el mismo sitio, sentado, con un cigarro apagado bailando entre sus dedos.

-¿Tienes fuego?- Exigió acompañado de un leve silbidito para llamar mi atención, que se había dirigido a la cama revuelta, la ropa por el suelo y otros enseres desparramados por el escritorio.

-Espérate, acabo de llegar. Di hola por lo menos.- Yo siempre salvaguardando mi dignidad por encima de todo. Él se limitó a mirar por el rabillo del ojo, muy pícaro con media sonrisa dibujada en la cara.

Me senté tímidamente en un sillón orejero, me apreté la bufanda aún más al cuello y tamborileé sobre la tapicería de cuero. Él carraspeó señalando el tabaco para que yo reaccionase y le lanzara el mechero con brusquedad.

Comenzó a fumar.

Lentamente, el cigarro iba y venía de su boca al alféizar, con taciturno humor otoñal. Él no dejaba de mirarme con esa mirada entrecerrada y perversa. El humo escapaba de su boca, y parecía formar sutiles lenguas que escribían erotismos en el aire. Pero no me estaba llamando a mí.

Con un desdén merecido y las cejas arqueadas, me dirigí al escritorio, y en silencio ordené todo lo que había sido desparramado: incluyendo un café que había mojado papeles y libros. Él me dejó hacer como si fuese mi función limpiar sus errores y aventuras.

-Venga, vamos a trabajar, tenemos que tener esto terminado para mañana a primera hora.- Espeté sin mirarlo.
Noté sus ojos divertidos en mi nuca, y una sonora risa empujó el viciado aire de su aliento hacia mi lado de la habitación.

Lo miré enfadada, pero no dije nada.

Me senté frente a la máquina de escribir, coloqué los cuadernos en su atril y comencé a transcribir por mi cuenta. Las teclas acompasadas se reían de mí.

Me mantuve altanera un grito de socorro que tenía atragantado en el pecho.

Él no iba nunca a girarse hacia mí, ni a mirarme como yo hubiese esperado; sin embargo dolía menos que si eso hubiese pasado. Pero dolía estar en esa habitación que todavía olía a sexo.

Y las teclas, sonoras, mellaban las yemas de mis dedos y me hacían desvariar drásticamente el contenido el texto. Lancé otra bola de papel a la basura con violencia y vuelta a empezar. Me quité la chaqueta, la bufanda, me abrí el botón de la camisa.

Oí un murmullo parecido a un ronroneo y él apagó el cigarro extinguido y se puso tras de mí a jugar con mis hombros, masajeándolos inocentemente.

Lo miré frustrada.


-Está bien, voy a ayudarte.- Tomó los cuadernos y se puso a dictarme. S
u voz me hacía sentir diligente y el trabajo se hizo más ameno.
A veces, se agachaba para cambiar de tomo y sus cabellos largos rozaban mi mejilla, que se tornaba ligeramente rosada un instante: y luego nada.



-Hemos terminado.- Suspiré con júbilo retirándome de la máquina. Habían pasado cinco horas y media, ya casi era la hora del almuerzo. Él chocó un instante su cuerpo contra mi espalda al dejar el último manuscrito sobre la mesa. Sentí su torso desnudo acalorado.

Susurré una breve disculpa, y nuestras miradas cansadas se enfrentaron un momento. Yo me esforcé por no mostrar expresión alguna en el rostro; oculté espanto y desesperación bajo cada parpadeo que me contuve. Él, simplemente, miraba curioso; y juraría que habí
a algo de añil en esos ojos marrón oscuro, casi negro. Se rió con los ojos; desvié la vista.
Tomó mi mano que se movía al vuelo, la alzó hasta tenerla a la altura de mis ojos, y con brusquedad e impaciencia, la arrastró hasta sus labios, a quienes dejó poner un beso prolongado que cubrió toda mi muñeca. Perpleja, fruncí el ceño y me hice a un lado.


Agradeciendo mi trabajo, volvió a sentarse en el alféizar y me pidió cita para un día cualquiera, previo a la entrega definitiva del libro.

Tomó una cerilla de un cajón cercano.

Miró a la plaza, pegó su frente al cristal y alzando con lentitud la palma de la mano, saludó a una mujer bella y recatada que pasaba por debajo.

Comenzó a fumar.

Y lentamente, volutas de humo iban alborotándome el cabello, acariciándome la espalda, suspirándome sobre el cuello; desnudándome.
El humo se imprimía en mi ropa, la hacían cada vez más pesada, más antigua. El humo se clavó como siete espadas en mis pupilas y sentí desaforados deseos de llorar: así son los estragos del deseo.

Con un desdén merecido y guardándome la dignidad vacua que me quedaba, volteé mi cuerpo hacia la salida, recogiendo violentamente mis pertenencias, dejando a Nacho atrás, sentado.

Porque siempre sería Nacho, el mismo de siempre: sentado en la ventana. Y yo siempre me iba a estar muriendo, y yo siempre iba a estar indefensa y cavernícola en clave de sol, oyendo su silencio.
Él siempre iba a ser Nacho en la ventana; yo sólo podía oler las correrías de su habitación y huir a mediodía.

Porque hay pecados más graves que el olvido y olvidar no es siempre cuestión de suerte.
Porque hay vértigos más grandes que el amor y hay miedos más estrafalarios que ser correspondido.

Porque fuiste un náufrago en mi boca, cuando crucé la puerta para nunca más volver y tú lo sabías.

-Me voy.- dije, y sonó a interrogación y a puntillas que crujen tras las puertas.

Y tú sabías que me iría, para no volver, para siempre.
Creo que dijiste que no querías, pero esas son las palabras que olvidas: las que inventas sin querer para soñar despierta.
Creo que ambos lloramos a cada lado de la puerta: yo no podía imaginarte levantado de tu ventana, y tú no podías ser tan valiente como para abrir la maldita puerta.

Porque tú habías tocado con tus manos amarillentas del tabaco los senos que escondían mi corazón, buscando, como cual niño perdido, los latidos palpitantes que decían adiós.

Yo ya no tenía más formas de decirte te amo.

Y tú habías agotado todas las posibilidades de ignorarme.
Era todo o nada, y ni si quiera dijiste que no.

Había un ángel para cada uno de nosotros al doblar la esquina de la plaza… pero lo hubiese matado si tú te hubieras vuelto de espaldas, si hubieras cruzado el umbral para meter un dedo entre mis alas.

Comenzaste a fumar.

Y tú siempre serás Nacho en la ventana, y yo ese amor que nunca más volverá.


2. 10.09
IDG

martes, 18 de agosto de 2009

El Guardián entre el centeno...


EL GUARDIÁN ENTRE EL CENTENO; J.D. SALINGUER

"Si de verdad les interesa lo que voy a contarles"....Es que... Ese libro significa mucho para mí.
Me acompañó un verano, y en pocos días lo leí.
Lo leí porque "tú" me lo mandaste. Fue una forma dolorosa y poética (como siempre) de decirme adiós.
Cínico, arisco: anglosajón de mierda hasta la muerte.
Y el insulto, diminuto William mío, es sólo una reseña de amor. Porque sí, sí, alguna vez yo también te quise. Te quise tanto como tú decías que me querías, llorando, bajo la lluvia. Con esos ojos claros tuyos que no sabían a Málaga ni a playa. Ni a Londres.

Claro que yo también te quise.
Mi primero a veces introvertido.
Nadie como tú para hablarme del egocentrismo y la condolencia.

Nadie como tú, para cantar canciones de Amaral y mirar la luna pintada sentado en la playa.

Nadie como tú, para ser objeto de desgracias y sacrilegios: para llorar sobre mi corazón acompasado. Para querer sentirte protegido conmigo.

Yo, que me he vuelto tan fría. Porque "Me paso el día entero diciendo que estoy encantado de haberlas conocido a personas que me importan un comino. Pero supongo que si uno quiere seguir viviendo, tiene que decir tonterías de ésas".

Te recuerdo. Muchos días de mi vida se han ido contigo a Londres; perdiste la vergüenza buscando a tu mujer primera por sus calles. Ahora me insultas diciendo que ya eres un hombre.

Y no respondes.

Me dijiste "léelo, te gustará, por tu personalidad, por la mía, porque sé exactamente las páginas que criticarás y las que adorarás llorando o riendo con una sonrisa tonta en la cara". Dijiste léelo, par que yo obedeciera. Y desde entonces no hago más que correr por campos de cieno; centeno.

Porque "No hay sala de fiestas en el mundo entero que se pueda soportar mucho tiempo a no ser que pueda uno emborracharse o que vaya con una mujer que le vuelva loco de verdad".

El Guardián... me persigue, hermoso y fictício Phileas Rockson, William.

El Guardián, me hace aligerar el paso entre el centeno, rasurando mi piel delicada hasta hacerme correr desaforadamente.

A propósito y deliberadamente. Deliberadamente a propósito me hace caer, me alcanza, me golpea la nuca y me deja boca abajo en el suelo.

El Guardián se me escurre por la ropa. Y adopta nombres de recuerdos.
Y ya... nadie me protege.
No guarda mi mano de niña, que en la distancia buscaba tu cielo para llover sobre tu prado e inteligencia.

He estado esperando que me dejase caer al suelo.
En cierto modo, yo también he desafiado la Ciencia de los polos opuestos.

Se ha sentado sobre mi vientre, me ha sujetado los hombros con brío.
Yo he tarareado para no llorar, un viejo poema que he aprendido; sobre cuerpos que no dejan de chocar.
Me ha sacudido contra las espigas endelebles aplastadas bajo mi peso.
Me he roto la concentración con su respiración violenta sobre mi pecho violenteado.

Y quise morir allí mismo, sin lágrimas y sin pan de cada día; allá donde nacen todos los panes del mundo.

Porque ya nadie recuerda a James que se desparramó por todo el suelo cuando se tiró de la ventana. Ni a la puta del cuarto aquel del hotel. Ni al viejo, ni al amigo.
Naide recuerda el amor que Jane inspiraba al viento. Ni que Phoebe dejará algún día de tener diez paupérrimos años.
Porque todo el mundo sabe que Holden Caulfield se esconde en los corazones de la gente, y que todos alguna vez, hemos sido expulsados de Pencey Prep.

Pero no morí.
Porque Jaime tomó el libro de mis manos y me dijo "eres tú, pero jamás serás tan malvada". Y me lo creí.

Porque... vale la pena vivir... porque vale la pena reventarse contra el trigo el cuerpo... porque... cuando...
"Comin' thro' the rye, poor body Comin' thro' the rye She draigl't a' her petticoatie Comin' thro' the rye Gin a body meet a body Comin' thro' the rye Gin a body kiss a body Need a body cry? Gin a body meet a body Comin' thro' the glen Gin a body kiss a body Need the warld ken? Chorus. O Jenny's a' weet, poor body Jenny's seldom dry She draigl't a' her petticoatie Comin' thro' the rye". + "Gin a body kiss a body Comin' thro' the grain Need a body grudge a body What's a body's ain o Gin a body meet a body Comin thro' the grain; Gin a body kiss a body, The thing's a body's ain. "

Cruzando el centeno, pobre cuerpo Cruzando el centeno Se le volaba la faldilla Cruzando el centeno Si un cuerpo choca un cuerpo Cruzando por el centeno Si un cuerpo besa un cuerpo ¿Tiene un cuerpo que llorar? Si un cuerpo choca un cuerpo cruzando por el valle Si un cuerpo besa al cuerpo ¿Tiene el mundo que saberlo? El de Jenny es un cuerpo pequeño y dulce Jenny casi nunca tiene sed Y se le vuela la faldilla Cuando cruza por el centeno...

*¿Tiene el cuerpo que luchar? Las cosas que un cuerpo es....*

-http://200.2.12.152/wwwisis/anexos/marc/texto/AAM8264.pdf- libro.

Parte del libro:
*
*“I'm standing on the edge of some crazy cliff. What I have to do, I have to
catch everybody if they start to go over the cliff—I mean if they're running and
they don't look where they're going. I have to come out from somewhere and catch
them. That's all I'd do all day. I'd just be the catcher in the rye and
all.”*
****
“Estoy de pie al borde de un precipicio. Lo que tengo que hacer es coger a
cualquier niño que se acerque al precipicio. Quiero decir, si alguno de los
niños está corriendo y no mira por dónde va. Yo debo salir de dónde esté y
cojerlos. Eso es todo lo que hago durante todo el día. Yo sería nada más que el
guardián entre el centeno
”***

*

-¿Sabes lo que me gustaría ser? ¿Sabes lo que me gustaría ser de verdad si pudiera elegir?

-¿Qué?

-¿Te acuerdas de esa canción que dice, «Si un cuerpo coge a otro cuerpo, cuando van entre el centeno...»? Me gustaría...

-Es «Si un cuerpo encuentra a otro cuerpo, cuando van entre el centeno» -dijo Phoebe-. Y es un poema. Un poema de Robert Burns.

-Ya sé que es un poema de Robert Burns.

Tenía razón. Es «Si un cuerpo encuentra a otro cuerpo, cuando van entre el centeno», pero entonces no lo sabía.

-Creí que era, «Si un cuerpo coge a otro cuerpo» -le dije-, pero, verás. Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adonde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería, pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura.

lunes, 27 de julio de 2009

Simba...

Has cambiado un poco más mi vida...
-Sonrío. (Y yo a ti también te como...)


Sigo mis metas, aunque ya veo...que duele caerse y fracasar. Pero no importa. Más dolía quedarme quieta, por mi personalidad, empujando a los demás y quedándome yo siempre sentada, detrás.

Soy distinta, y eso, siempre, asusta. Asusta perder el halo de identidad que te caracteriza, dejar de ser tú para ser el disfraz que desviste y desnuda a "otra persona"... alguien nuevo.

Pero me haces sonreir, y me has conmovido y debilitado el alma. Me has lamido con ungüentos de besos y maullidos de socorro.
Has vuelto a adulterar mis defensas.
Me has hecho, de nuevo, madre.
Y ere pequeño y diminuto entre mis brazos.
Y existe el amor cuando eres hermoso, cuando me mira
s y me pides auxilio. Cuando, al fin y al cabo, me necesitas.
-Yo que siempre odié ser una necesidad.-

Pero...
La vida sigue. Y aunque al principio mi mente me jugaba malas pasadas, y el pasado jugaba con mi mente... Te quiero.
Y eres pequeño y mimoso, y me quieres a tu manera. Y... ya nos vamos conociendo.

Me gusta que escales mi cuerpo para dormir en mi cuello enroscado, para morderme el pelo y lamerme las orejitas.

Te gusta que te haga caso, que te deje cuando quieras y te busque cuando me eches de menos.
Y... aunque duele tener siempre el ojo avizor, escrutando la noche en busca de mis miedos y enemigos... adoro protegerte como mereces, porque no serás siempre mío. Nunca serás de nadie. Serás tan libre como mi espíritu, y yo te dejaré ser quien quieras ser. Aunque no pueda dormir con tus maullidos porque se me parte el corazón que me llames.

Sólo eres un gato: Dirán y dicen todos.
Sólo eres un gato...
¡O eso se creen...!

*Se llama Simba. Tiene escaso mes y dos semanas o mes y medio. Vino a mi vida gracias a Tamara, que Manolo el de la Flor lo tenía en su casa y tenía que darlo o su padre lo mataría. Vino...el 13 de julio. Aunque para mí, vino el 14, que fue nuestro primer día entero juntos y era el día en el que nació mi Reina.



PD: Mi prima se ha casado :)

miércoles, 8 de julio de 2009

Comentario de bienvenida

Bueeenooooooo,a todos los de tuenti: ya he vuelto!! :D como le dije ayer a mi Leti y mi Fefi & demás...vengo renovada!!! :D soy una personita...nueva? bueno,diferente, vaya, que ha sido una experiencia que me hacía mucha falta...y como una es como es,pues me ha pasado de todo,y yo que me alegro xD y vengo llenita de recuerdos inolvidables,proyectos, ganas de crecer...y atención y ojo al dato... vengo entusiasmada por la pedagogía :p (Aída,no te rías xD) creo que ya sé a dónde dirigir mis metas para el año que viene...y quiero investigar y aprender mucho. Os he echado mucho de menos a tod@s, me acordaba mucho de ustedes en las puestas de sol,con olores a frutas frescas, frutos secos, almizcle, playa y esos colores azules...

Y si me hubiese quedado...tampoco pasaba nada!!! xD OJALÁ! que he hecho buenos amigos xDDDD

Y he cumplido mis promesas :D.

He aprendido mucho, sobre pedagogía, teatro y humanidad. He hablado mucho francés y me he dejado embelesar por quienes me hablaban en frances ^.^)
He paseado en dromedario por la playa antes de la puesta de sol (lo siento Jose, el camello se me escapó xD)
He comprado cosas (y tamb para mí,por una vez!)
He regateado, negociado, dejado que me timasen y "timado" xD bueno,eso no, pero digamos que me hicieron "favores económicos" xD
Me he asustado mucho por como conducen...LO HACEN COMO PTS LOCOS!! (Leti,como ves, estoy hecha para vivir en Marruecos xD)
No pude evitar echaros de menos. A todos. He intentado volver sana y salva, acabé por enamorarme de Marruecos, y he sido muy feliz :)
Me ha costado volver.
He conocido a gente maravillosa..
Sitios maravillosos. Me he sentido yo también especial... y me han querido. Y he comido de muerte...flipado con los desayunos de buffet libre (quien me conoce sabe que nada en el mundo podría hacerme más feliz que eso! xD), el hotel era precioso y lujoso,y la ciudad encantadora, la gente hiper amable y dicharachera (he "ligado" más en diez minutos que en todos los años de mi vida) xD jaja, he conocido otra cultura, he aprendido a hacer té marroquí y he presentado una conferencia...no puedo pedir más. :)

Banda sonora..."volver" de Estrella Morente, que Laura y yo no la hemos dejado de cantar en todo el viaje,y porque la situación se lo merece. :)

Gracias a todos por los comentarios, correos, llamadas, SMS...de corazón :)

Assilah....soy diferente gracias a ti :)

He vuelto de Assilah, he estado desde el 3 al 6 julio, 2009.


Marruecos, Assilah. Experiencia que he descrito en el fotolog, pero a ver si la expongo mejor por aquí.

Fotos: 1º yo a dromedario por la playa de Assilah. Casita añil de la medina de Assilah. Atardecer de la playa de Assilah. Hotel Alkhaima, Assilah.

Cherche-moi... J'ai adoré te connaître.

*.............*


No sé qué decir... soy una persona distinta, quizás no nueva, pero sí diferente. Mi corazón y mi cabeza necesitaban este viaje. Yo necesitaba encontrarme y destrozarme, y volverme a buscar para encontrarme a trozos legibles y tangibles...
Yo necesitaba hacer esto.
Libertad... probarla en mis manos y vestirla de añil...
Ser bonita un día. Ser nueva, novata. Ser investigadora, ser mayor, ser una persona considerada como tal. Ser amiga, ser compañera de habitación, ser amable, sociable... sonreir.
Yo necesitaba ser diferente.
Decir "me voy" y hacerlo. No mirar atrás y morder el mundo que se ha tragado mis sueños...

Soy Inma Díaz Gavira. He sido investigadora, he presentado mi ponencia (escasos minutos pero justos) en la III conferencia de las VI Jornadas del Festival de Teatro Infantil de Assilah, con la colaboración de países varios, como Marruecos, España, Francia, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Katar, Kubait y Omán. Me consideran para la futura creación del CEITIJ (Centro Euroárabe de Investigación de Teatro Infantil y Juvenil) donde participarán además 23 países del Mediterráneo.
He sido profesora del taller de Teatro de las II Jornadas de Participación y Perspectiva de Género,actriz largos años de mi vida y alumna investigadora de Lola. He sido trabajadora.

He sido yo, en un país nuevo. Hablando francés, con estos ojos de los "levas" (mote de la familia de mi madre) que gustaban y parecían árabes. He vuelto a "parecer mayor". Con esta piel blanquecina y mi manera de hablar, de moverme y de sonreir. Y de mirar...

He caminado (no sin cierta inseguridad) sola por las calles de Assilah. [Me tocó ir sola...].

He montado en dromedario por la playa...

He sido tan feliz...
He descubierto tantas cosas... A tantas personas...
Me he enamorado tanto, de tantas cosas y de tantas situaciones...

Porque me despertaba y el sol inundaba la habitación. Y porque había buffet libre en el desayuno (y tortitas marroquíes), porque la comida estaba exquisita, la fruta deseable y la cordialidad a flor de piel.
Porque la música me ha llenado de bailes que yo no sabía.
Por el pasacalle (carnaval), las obras de teatro, las conferencias, los amig@s que hemos hecho... Por Laura, su familia y Lola... Por Javier y Sandra, Raúl, Kiko y Chari, Rocío, Daniela y su padre, Jose Luís, Susana, Carmen, Espe, Anuarl, Marouan e Ibrahim, Emin y su amigo, Saokur el camarero, la niña flamenca, el niño de Alcalá de Guadaíra, el treatrero de la cara pintada, el chofer del bus, el policía al que fotografié y me riñó, por la mujer del ferri al venir, por las múltiples sonrisas...las canciones de la calle, los gatos, el olor a almizcle y la generosidad excesiva, los regateos, los productos manuales, lo mal que conducen, la playa, la piscina, el hotel... todo. Y más...y más y más y más...

No puedo estar más agradecida...
Hacía mucho que no me inspiraba tanto. Que no me sentía tan capaz, tan pudiente, independiente y maravillada...

Y tengo pasaporte. Sellado.
Y no puedo comer sin beber, no he podido beber té y no puedo dejar de mirar de reojos. Ni comer setas o champiñones. Porque me dolía el pie de la picadura, y porque si necesitas algo te lo daré. Porque Laura se ha puesto malita el último día y se levantó de la cama sólo para verme exponer. Porque me ha regalado una falda hasta que vuelva de Perú. Porque teníamos siempre mucha hambre y nos encantaba desayunar un montón de cosas. Porque 73 dirham no son nada, pero faltaban. Y porque adoro la confianza. Hablar en francés y reir en un idioma universal. O que Lola nos "líe" con lo de las tarjetitas para hablar con Emin. Porque me gusta tu cara de rana en las fotos y te gustan mis defectos al hablar. Gracias guapa.
Porque tengo pasaporte. Y soy mujer. Y llevo el pelo suelto y largo y los ojos negros por Marruecos. Negros a veces nada más. Porque ella se ha enamorado un día y nosotras jugábamos a las cartas por la noche, porque no nos gustaba el ambiente del club. Porque somos mujeres y hemos sido felices.
Hemos crecido.
Hemos hablado y participado.



*Porque yo he sufrido la hermosura de las maravillas de Marruecos y he caído, irremediablemente enamorada de ellas, en su añil de almizcle, frutas frescas y gatos que caminan por la calle*.





Y la BSO no podía ser otra que: Volver de Estrella Morente. O en último caso de Mika, “Happy Ending”.



Gracias Laura por todo y por la falda... ay.. que te me vas a Perú!

Gracias Santiago por el correo tan PRECIOSO que me enviaste... :) (increíble como escribes!! pero yo no soy "esa" xD soy peor y más pequeña jaja) :D
Gracias Fefi, mi niñita de oro, ahora te veré!
Gracias a mi familia, por dejarme ir y valorarme, por ayudarme en lo económico.

Gracias a mis niñas de la facultad, que son un solete.
Y gracias a mis niñ@s de Teatro :)...como no podía ser menos, los mencioné en la ponencia xD y por el SMS de Jose que ahora están en Buero sin míii xD qué mala es la envidia xD jeje es broma! :)
Gracias a todos...a todos... a los del fTlg, porque me animais y por los comentarios: Alicia, Kosta,quiero veros! María LL, amor...eres todo corazón chiquilla!! :D a Nyu, por todo y sus sonrisas,...etc. A todos :D



Inma DG

martes, 30 de junio de 2009

Hay que matar a Peter.............................................R



Hay que matar a Peter Pan.


Siempre lo he protegido.
Ya sabes, Santiago, el cuento aquel del palo y la antorcha, de la niña mujer que defiende con ahínco una jaula vacía y rota. ¿¿¿Qué demonios dices que defiende??? Sí. Una jaula vacía y rota.
De sueños de la infancia que nunca nadie tuvo.
Inestables pies que flotan en el aire
machacando ladrillos de nubes... que no sostienen la casa de tu cuerpo.
El apego a lo que está ya enterrado.
El decir "yo debería de haber sido "ASÍ" O "asá
".
¿Qué más da?
No soy ese ASÍ o ASÁ.

Soy yo, defendiendo con un palo una caja vacía.

Tengo que matar a Peter Pan, pero me sorprendo diciendo siempre "lo dejaré para mañana".
Pero hay que matar a Peter.
Matarlo y enterrarlo sin llorar. Sin permitir que sus
recuerdos invadan mi mente para quedarse en ella un poco más.
Quizás, maldita sea, no tengo un mañana.
Evolucionar...

En realidad no hay cabida para lo éticamente correcto o moral en esa evolución tan ansiada.
Sólo digo... que necesito espacio para crecer y dejar la sangre gotear sobre la jaula. Y no espantarme.
Decir "mamá, papá, Nana ha muerto y no podeis hacer na
da". "Yo tampoco puedo".

Es que Wendy en realidad siempre fue una esclava. Una "Necesidad". Peter necesitaba que Wendy le cosiera la sombra a los zapatos y le contara cuentos de Final Feliz. Pero eso no es amor. Es alienante.
Wendy decide dejarse llevar... ¿quién no desearía volar?... Pero luego, hay que aterrizar. Y Peter tenía un Mundo que gobernar (sin ella). Era la excusa perfecta.





Yo ya no soy una Wendy.
Detesto que me necesiteis y sentirme necesitada.
Es lo más absurdo que podeis decir. Ni si quiera va a convencerme.
Ya no hay amor ni fuera ni dentro de mí.
Patológicamente enamorado.

Absurda.
Soy alérgica a los polvos de hada.
Y estoy gritando que no quiero volver a NuncaJamás. A NuncaJamás Serás Feliz...


-Paranoia peterpanícea-

5-12-08 y Hoy también hay que matarle...

martes, 23 de junio de 2009

Aprender siempre algo nuevo+1 sonrisa


Se sienta frente a mí, con ese aspecto desenfadado de ángel hueco. Se atusa el suave pelo gris de 20 años.
-Dime, ¿qué has aprendido hoy?-
-Que voy a hacerme mucho daño.- Sonrío.
-¿Y...?-
-Y que las lechuzas pueden morir a mordiscos.-
-Eso está bien. Es útil para la vida...- Irónico.
-Y... que se me ha olvidado sonreir.-
-¿Si?-
-Sí. Me han dicho que contagio mi mala energía al resto... de personas que me rodean y me quieren. Que no sé distinguir.-
-¿Distinguir?-
-Entre distintos mundos. Que no es buena mi presencia cuando me dejo vencer.-
-Entonces... vete. Aléjate, o finge. ¿No?-
-Eso tengo que hacer, pero...-
-No te puedes arrepentir ahora que los pájaros negros están volando. Ya está hecho el daño.-
-Y el sol en el cénit... es azul pardo.-
-Así tenía que ser.-
-¿Despreciable?-
-Odiosa y despreciable. Pero ya no puedes pedir perdón. Necesitabas muchas cosas, y eran perjudiciales.-
-Lo sé. En vano...-
-No hay diferentes mundos. Sólo este, April.-
-Lo sé... pero es doloroso.- Sonrío.
-Eso es. Estamos hartos de tus cambios repentinos de humor, de tu dialéctica angelical, de tus manos de niá pulcra.-
-Sí.-
-Estamos hartos de que te tengamos que animar contínuamente, April.-
-Es que habita un mounstruo dentro de mí que...-
-¡Excusas!-
-Déjame sola, Gabrielle. Conviértete en gato y desaparece por la niebla de la vereda...-
-Está bien, pero para cuando vuelva, quiero que tengas una sonrisa en la cara, cosida con este hilo de marfil y esta aguja de espectáculos. Cuanto más te duela, más hermosa será tu sonrisa.-
-Es lo justo. Ni si quiera me quedan ya cosas por las que llorar.-

-Y dime, mientras me marcho... ¿qué has aprendido hoy?-



*

domingo, 21 de junio de 2009


Frases que me ha dicho la gente, inolvidables, de no hace mucho la mayoría..Que han marcado mis pasos... mi tortuoso camino...

-Cuidado, ¿seguro que no quieres ser psicóloga para autoanalizarte?-
-¿Te gusta tu carrera?-
-¿Cuánto vale?-
-Es tuya...-
-Para el currículo, es muy importante.-
-Mírame...-
-No me molestes, estoy leyendo.-
-No quiero hablar contigo, estoy empezando a olvidarme.-
-Otro escribirá mejor sobre ti.-
-Tienes las manos tan frías siempre... seguro que también el corazón.-
-Florencia...es hermoso, pero triste sin ti.-
-No puedes.-
-Bonita sonrisa.-
-Estás siempre tan deprimida... se te nota tanto en la cara...-
-Claro que podría...-
-¿Sabe? El semáforo cambia demasiado pronto...-
-No lo entiendo.-
-Por tu bien...-
-¿Te encuentras mejor?-
-Gracias niña, me estaba muriendo de calor.-
-Qué amable es siempre esta niña.-
-Lo he aceptado, nunca serás quien quiero que seas...-
-¿Cuándo lo escribiste? Mentira... "Él", tengo que ser yo...-
-¡Qué treatrera eres!-
-...Estás enferma...-
-¿Es mortal?....-
-Tu vida será diferente.-
-Me he enamorado de ella.-
-Porque es exactamente clavada a ti...-
-No esperaba... esto. Había venido, con la idea de que...-
-Has crecido mucho.-
-No tiene porqué despreciar a mi hija.-
-Bien hecho.-
-¡Qué risa tienes!-
-Me gusta este poema... pero es tan triste... siempre me haces sentir cosas tétricas.-
-Un paso siempre por delante mía, y por detrás de la luna.-
-Buenos días...-
-Es tarde.-
-Me has hecho daño.-
-Tienes que hacerme un cuadro... de mí, desnuda.-
-No es justo que tengas que pasar por esto...-
-Sola.-
Aprovecho tu silencio, para estudiar tu mirada.-
-Dime, ¿eres feliz? ¿Cuánto hace que sonríes de mentira?-
-Mi amor platónico...-
-Siempre.-
-Nunca más.-
-No puedes...estar siempre en medio de...-
-Te echo de menos.-
-Y en el escenario, también.-
-Pero te aguantas.-
-No se me ocurre otra forma de expresar...-
-¿Y te duele mucho...?-
-He escrito un poema nuevo, pero no habla de ti.-
-¿Cómo estás?-
-Entusiasta, alegre y exigente. Pedagogía necesita personas así...-
-Ojalá...-
-¿Lo harías?-
-¡No se va a morir!-
-Pensamos en... ayudarte... pero no sabíamos cómo.-
-Te estás portando tan mal...-
-Deja de llorar, que pareces imbécil.-
-No puedo enfadarme contigo.-
-Inma... mírame.-
-Es verdad. Tienes los ojos de 3 colores distintos.-
-No lo sabía, ¿estás mejor?-
-Has cambiado... Ahora eres.... bueno, distinta. Tienes un humor y un corazón más frío...-
-Ya no me hablas... ¿Por qué te apetece ser tan antisocial?-
-Se puede contar contigo, siempre estás ahí.-
-Una actuación patética, Inma. La próxima vez, hazlo mejor, que he pagado por verlo.-
-¿Sabes cantar? Tu padre tenía una tía que tenía dos campanillas, como tú, y tenía un pajarito domesticado que llevaba suelto siempre al hombro. Cantaba como los ángeles...-
-Tranquila, tú puedes.-
-Estás rara... distinta... lo notamos porque te queremos, y no sabemos cómo hacerte reir, por eso me meto tanto contigo.-
-No puedes fallarme ahora...-
-Sólo tienes 19 años, anda ya...-
-Eres como yo... me recuerdas mucho a mí, cuando quería ser bueno. Por eso, princesa, quiero ayudarte.-
-Deja de decir que no necesitas ayuda y déjate ayudar.-
-Para mí siempre fuiste A... Deberían haberte cogido a ti para la película...-
-De todos modos, a ver si hablamos.-
-Gracias.-
-No puedo parar.-
-Prométeme que algún día iremos juntos...-
-Te adoro, gracias. Cualquier persona para contentarme me lo hubiese prometido aun sabiendo que no iba a poder ser...-
-Eres mala.-
-Te has reído con los ojos.-
-La próxima vez será.-
-¿Sería indecente si...?-
-Eh, Inma, ¿Te acuerdas?-
-Parece como si no quisieras ya nada con nadie.-
-No te vi.-
-Llámame. Estaré esperando tu llamada toda la noche.-
-¿Te acuerdas de cuando te llamaba "copito"? Siempre...-
-Porque tú no quisiste...-
-Te he hecho fotos mientras dormías.-
-Eres la mujer perfecta, maraná... Si te casaras conmigo, te haría engordar tirada en el sofá de casa, viendo la tele, yo sería amo de casa, y te haría la comida, te daría masajes, entraría dinero a la casa, te limpiaría y te haría madre, y serías la mujer más feliz del mundo.-
*-Respuesta mía a esto: -¿Y qué estúpida serie de televisión me iba a entretener tantísimo tiempo?-
-Telenovelas y documentales de la 2.-

-El problema... está en tu cabeza.-

-No puedes ser siempre así. Tienes que cambiar.-
-Ahora resulta, que has cambiado para mal.-



... Lo importante es el contexto y el autor/a de cada una...

No son las 4 de la tarde...


Vale, ya voy entendiendo esto... ahora sólo tengo que hacer ajustes como poner bien la hora y eso...

PD: Casi obligada por estos lares... a ver cuánto duro xD

Erasé una vez.... mi blog.com

De momento... probando qué tal va esto...

En esta época de mi vida, con mi yo y mis circunstancias...Me gustaron los lunares.